jueves, 1 de diciembre de 2011

Entre la indiferencia y el cariño.


Trascurrían las décadas de los 50 y 60, cuando se dieron una serie de concesiones que incidieron en el empleo, la economía y en el desarrollo de la costa granadina (MOTRIL), para ser más exactos la zona del Poniente:

  •  La Refinería de aceite.
  •  La fabrica de papel, con su primera producción en el 1956. (B.O.E. 22/06/53)
  • La construcción de “Villa Astrida”. La residencia de verano de Balduino I de Bélgica y Astrid de Suecia , reyes de Bélgica. (1966 -1968).
  • El desmantelamiento progresivo de las viviendas denominadas “las chozas de Poniente”como resultado de reubicar las familias en las distintas construcciones sociales que se realizaron tanto en el Poniente como el Levante.
  • El nacimiento del Club Náutico que inicio su andadura con la puesta de sol de Playa de Poniente, para posteriormente terminar ubicado dentro del mismo puerto. (fotos de la parte superior).
Es evidente, que este paquete de medidas, incidieron y activaron cambios en las familias de aquel entonces, entre ellas las de Miguel y Maria, trabajadores de dicho Club. Con ello se permitió la construcción de muchos proyectos familiares a largo plazo, luchando juntos entre la conciliación familiar y el trabajo.

Sin duda en alguna de las imágenes expuestas en la parte superior, contienen el mensaje intrínseco de cada uno de sus autores.

Para mi, el transcurrir de parte de una gran vida de un “lobo de mar”, (padre de una familia de nueve hijos y cuidador de una esposa, con dieciocho años postrada en una cama).

Vidas entre la indiferencia y el cariño.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me intereso por este artículo, habida cuenta que muchos veranos los paso cercano a esa playa de Poniente, con arenisca morena en vez de arena rubia de mi playa de Rota, Costa de la Luz. Trazando puentes entre Motril Mediterráneo, productos tropicales allende los mares y una ventana abierta al mar, Rota en la bahía de Cádiz, bañado por el Atlántico de los descubrimientos.
Después de hacer Vd. un escueto recorrido histórico por Motril y su entorno, hace parada y fonda en el Club Náutico. Club de sus amores y desamores. Encrucijada en la vida de María y Miguel, ejemplo de trabajadoras y trabajadores anónimos donde los haya, realizando una labor sorda y muda, dando lo mejor de sus vidas por ese Club.
Al final del artículo, denoto en Vd. un cierto grado de nostalgia, melancolía o posiblemente un sentimiento paterno filial.
No se preocupe, viva en paz, porque según reza el nombre del artículo, su sentimiento de cariño no tiene parangón, para pasar indiferente ante nadie.
Santiago Izaga

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